Pondría el autor, pero no lo sé. Gracias Google |
Entre las muchas decisiones que está tomando el Gobierno estos días está la de recortar el presupuesto que se destina a discapacidad, en el cual se incluye las subvenciones y ayudas que se da a las asociaciones de enfermos y discapacitados y sus familiares.
COCEMFE se ha manifestado al respecto. Estos recortes pueden suponer la desaparición de estas asociaciones con todo lo que ello conlleva:
- Disminución de la calidad de vida de sus asociados
- Retraso en la lucha por los derechos que les corresponden y no se cumplen
- Retraso en la lucha por la igualdad y la inclusión
- Despidos, tanto de personas discapacitadas que tienen trabajo en alguna empresa gracias a una ayuda como del personal asistencial que las atiende
Este tipo de asociaciones tiene una gran importancia, ya no sólo para sus asociados, sino para la sociedad en general. No sólo por el reconocimiento de derechos que poco a poco van consiguiendo, sino porque suponen, en estos momentos, un ahorro a la administración.
¿Cómo que suponen un ahorro? ¡El ahorro es recortar las subvenciones!
Pues no. Estas personas necesitan más recursos humanos y económicos que el resto y nuestro sistema sanitario, asistencial y social no está preparado para ello, por muy garantista que sea. Por lo general son personas con una enfermedad y/o discapacidad crónica, es decir, para siempre; y en muchos casos se producirá un deterioro y una degeneración según vaya avanzando su edad, es decir, necesitarán más recursos en el futuro.
A pesar de que las competencias estén transferidas a las Comunidades Autónomas, supongo que funcionará de manera similar en cada una de ellas. Por ejemplo, en Castilla y León, aquella persona que tenga una enfermedad crónica (en muchos casos degenerativa) susceptible de fisioterapia, se le prescribe fisioterapia de mantenimiento una vez al año; lo que, según el tipo de patología suele rondar entre las 30 y 50 sesiones y debe ir de lunes a viernes. Es decir, una persona que necesite fisioterapia casi contínuamente deberá buscársela por su cuenta. De esta manera surgen, en parte, las asociaciones.
Esto se suma al problema de que el coste de la discapacidad puede alcanzar el 77,2% de la renta del hogar. Otro motivo para que surjan las asociaciones: unirse para reducir gastos.
En cifras, no sé cuál es el ahorro que le supone a la Administración, y por ende a los españolitos, continuar dando subvenciones y ayudas a estas asociaciones; pero tiene que ser el suficiente como para que no quieran ampliar servicios (unidades específicas o la cartera de servicios en general) y plantilla (fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, médicos especialistas, logopedas, psicólogos, trabajadores sociales, educadores sociales, etc.)
Si sigues sin convencerte piensa que el argumento de la Administración durante estos años de atrás ha sido el de descentralizar recursos. ¿Esto que quiere decir? Que les sale más barato que esas tareas las lleve a cabo otro ente, como la gestión de las basuras, por ejemplo. Se les da una cantidad y con eso allá se las apañen para conseguir los objetivos. En el caso de la recogida de basuras los ayuntamientos suelen poner un presupuesto y la empresa con ese dinero tiene que hacer frente a todo, incluidas las nóminas de los trabajadores. En el caso de las asociaciones sucede algo similar: perciben una cantidad X según la valoración que le hayan concedido a su proyecto (siempre mucho menor de la necesaria para llevarlo a cabo) y en función de eso se las tienen que apañar. Tienen que hacer frente al alquiler y mantenimiento de locales e infraestructura, contratar personal sanitario y asistencial, etc. de la forma más eficiente posible.
En un mundo y país ideal en el que los servicios sanitarios y asistenciales fuesen algo más que suficientes y pudiesen dar una asistencia acorde a las necesidades de la población admitiría que se recortasen estas ayudas. Mientras tanto, no es viable.
Alguna mente conspiranoica, quizá, pueda plantearse que la idea de nuestros gobernantes sea irse deshaciendo de esta carga...