30 de marzo de 2011

Cuánto daño ha hecho House



En mi profesión, tenemos la manía de fijarnos en cómo camina la gente. Y si la persona en quien te fijas necesita algún tipo de ayuda para caminar, más. Te sumerges en tu mundo mientras vas por la calle pensando en qué puede ser lo que le ocurra a ese individuo con el que te has cruzado. Y ya si estás en una terracita sentada ni te cuento.
Con frecuencia, además de quedarte pensativa con la patología que pueda tener, acabas maldiciendo por dentro porque no usa correctamente las muletas. ¿Pero es que nadie le ha enseñado a andar con ellas? Seguramente no. Y menos aún si ha ido a urgencias porque se ha hecho un esguince de tobillo: le han vendado, recetado antiinflamatorios, aconsejado reposo y prestado unas muletas. Y a casa.
Hombre, por lo general, cuando el médico nos dice que no apoyemos la pierna más o menos nos defendemos caminando con dos muletas sin que nadie nos enseñe. El problema viene, sobre todo, cuando nos prestan sólo una para descargar peso. Te dan la muleta o bastón y ahí te las apañes. La mayoría de la gente anda como el Dr. House, con el bastón en la mano que no es. Error que los guionistas ya solucionaron tras varias temporadas haciéndole decir a su fisioterapeuta que pasaba de ella y que llevaba el bastón como quería. Pero nosotros ni somos el Dr. House ni protagonizamos una serie basada en un guión con fallos.

Lo primero que hay que hacer es ajustar a la medida los bastones o muletas, que es otro gran fallo que suelo observar en la gente que los usa. No pueden ser ni muy cortos ni muy largos. La medida adecuada es cuando la empuñadura queda a la altura del trocánter mayor. ¿Trocanqué? El trocánter mayor. Es una parte del fémur. 

Si te aprietas un poco por el lateral de la pierna un poco más abajo de la cadera notarás algo duro; es eso. Se supone que si dejas los brazos caídos, las manos llegan a la altura del trocánter. El caso es que cuando te apoyes en la muleta o bastón el codo debe quedar ligeramente flexionado y los hombros en su posición normal, es decir, sin subirlos.

Es importante llevarlos a la altura correcta para evitar dolores y lesiones en otras partes del cuerpo como la espalda (si están bajos al agacharte hacia adelante) o en los hombros (si están altos al elevar los hombros).

Una vez que hemos adaptado los bastones o muletas a la altura que nos hace falta tenemos que aprender a utilizarlos.

Si sólo nos hace falta una muleta deberemos llevarla en la mano contraria a la pierna lesionada, como se ve en la imagen de arriba, y no como el Dr. House. Aunque pueda pareceros raro es bastante lógico. ¿Por qué? Es sencillo. Cuando andamos con una muleta es porque podemos apoyar la pierna lesionada pero no podemos cargar en ella todo el peso del cuerpo. Para andar con una muleta tendremos que avanzar ésta a la vez que avanzamos la pierna lesionada; entonces en el momento de avanzar la pierna sana apoyaremos el peso del cuerpo entre la muleta y la pierna mala, de modo que no cargamos tooodo el peso en la pierna. Cuanto más nos inclinemos hacia la muleta, menos peso cargaremos en la pierna afectada.


Para caminar con dos muletas hay más formas, pero básicamente la llamada pendular y la marcha en cuatro puntos. ¿Cuál usar? Pues dependerá de si puedes apoyar o no ambas piernas, si puedes andar... 

La marcha pendular es la típica que veis a la gente que se ha roto el tobillo y no puede apoyar ese pie. Es decir, avanzas las dos muletas, apoyas bien el peso y te balanceas hacia adelante apoyando sólo el pie bueno.




Sin embargo, la marcha a cuatro puntos es cuando sí podemos apoyar las dos piernas pero no podemos cargar todo el peso en ellas. En este caso primero se avanza una muleta (izquierda, por ejemplo) y luego la pierna contraria (derecha), después se avanza la otra muleta (derecha) y luego la otra pierna (izquierda). En función de la necesidad de la patología se podrá hacer en esos cuatro tiempos o de forma simultánea muleta-pierna contrarias. Lo siento, pero para esto no he encontrado dibujito.

Otro problema que suelo observar es que tampoco enseñan en urgencias a subir o bajar escaleras. Pues os voy a dar un truco muy sencillo: Los  buenos van al cielo y los malos al infierno. ¿Eh? Sí, cuando subes escaleras, primero tienes que subir la pierna buena y luego la mala. Cuando bajas las escaleras primero bajas la mala y luego la buena: Los  buenos van al cielo y los malos al infierno. Aunque no seas muy devoto te servirá este truquito igualmente; a mí me lo dijo una profesora en la carrera y lo recuerdo todavía.
Ni  que decir tiene que las muletas acompañan  siempre a la pierna afectada, por lo que habrá que moverlas antes de subir o bajar el escalón con la misma.

Si no os ha quedado claro algo, en Internet hay mil vídeos que lo explican muy bien.

Así que ya sabéis, a andar bien con las muletas o bastones para que no os pase como al actor que interpreta al Dr. House.